jueves, 30 de agosto de 2012

Aspartamo E-951, el veneno que hace bueno al azúcar.



En el supermercado el aspartamo se encuentra en prácticamente todos los alimentos procesados desde gaseosa hasta precocinados o jarabes y medicamentos llevan aspartamo. Pese a su “seguridad oficial” (u oficiosa) siguen saliendo estudios que relacionan su consumo con el aumento en el riesgo de padecer cáncer y efectos nocivos en embarazadas. En 
su día el aspartamo tardó más de 16 años en lograr su aprobación entre denuncias por fraude. Y solo lo logró cuando el lobby que comercializa el aspartamo nombró al presidente de la FDA.

Legalmente las cantidades estipuladas como seguras aprobadas en 1980, están fijadas en 40mg por kilo de peso, si un refresco light contiene entre 100 y 150mg muchos litros hay que beber para pasar de la cantidad diaria recomendada. Salvo que no tenemos la seguridad que esas cantidades sean realmente seguras y no es una idea descabellada si te dicen que los estudios en que se han basado para averiguar ese límite seguro estaban financiados por la propia industria interesada, que cuenta con 200 millones de consumidores en todo el mundo, y que además no son papeles que estén al acceso de cualquier persona.

Mientras que siguen defendiendo su inocuidad como sustancia segura, independientes no hacen más que obtener resultado que demuestran lo contrario.

Pongamos unos cuantos realizados sobre personas o sus tejidos y fijándonos solamente en su efecto sobre el cerebro:

-En pacientes con depresión tomar 30mg al día tuvo efectos tan negativos que al séptimo día tuvieron que cancelar el estudio. Recomendando evitar el uso de aspartamo en personas con depresión.

-Aumenta el dolor de cabeza tras la ingestión de aspartamo. Este estudio también duró 7 días, y los participantes tomaban 30mg/kilo al día.

-Aumento estadístico de tumores cerebrales, comprobados en ratones por el Dr. Morando Soffritti y estadísticamente desde su aprobación la incidencia de casos se ha visto extrañamente aumentada en humanos.

-Concentraciones altas de aspartamo (desde 34 mg/kg) hace que disminuya la actividad enzimática en el cerebro y puede conducir a síntomas neurológicos, incluyendo dificultades de aprendizaje y memoria.

¿Porqué afecta al cerebro?

El consumo de aspartamo produce mayores problemas en el cerebro, desórdenes mentales, influye en el aprendizaje y la estabilidad emocional debido a su composición química. Se compone de fenilalanina (50%),ácido aspártico (40%) y metanol (10%).

La fenilalanina juega un papel importante en la regulación de neurotransmisores, mientras que el ácido aspártico también se cree que desempeña cierto poder excitante como neurotransmisor en el sistema nervioso central y es precursor del glutamato, glutamina y asparagina.

El metanol es el 10% del producto y se convierte en el cuerpo a formiato, que o bien puede ser excretado o puede dar lugar a formaldehídos,dicetopiperazina (un carcinógeno) y otros derivados altamente tóxicos .

En personas sensibles al aspartamo puede causar alteraciones neurológicas y conductuales. Dolores de cabeza, insomnio y hasta convulsiones. Dejando clara evidencia de cambios en las concentraciones cerebrales de catecolaminas (noradrenalina, adrenalina y dopamina), con lo que un excesivo consumo conlleva trastorno mental, afectación del aprendizaje y afectan en primer lugar al funcionamiento emocional.

Por supuesto no se tienen estudios sobre la interacción con otras sustancias y mucho menos sabemos los efectos de un consumo habitual a largo plazo. Eso lo demostrarán los años….

Fuente: http://megustaestarbien.com/2012/06/12/aspartamo-e-951-el-veneno-que-hace-bueno-al-azucar/

A continuación otros links relevanes sobre el Aspartamo:







miércoles, 29 de agosto de 2012

¿Creés en el amor?

Cuando piensas, ¿En qué piensas?
Porqué me dices tantas cosas que no entiendo,
que no entiendo porqué me dices tantas cosas,
¿Será cosas de nosotros?
o nosotros sólo sea otra cosa.

¿A dónde miras cuando miras?
¿A quién miras cuando no me miras?
¿Porqué me miras y porque no me miras?
Que necesidad de mirar.

...

domingo, 26 de agosto de 2012

Series: Agosto 2012

Mónica




Claudia




Bicicletas verticales


Estación Amores 



Vera


Isi


Estación Polanco


Lalo

Dyanna


New Blood for this city...



Sunday Morning


Empecemos diciendo que la mañana tiene esa hermosa característica, en algunos días seleccionados, de ser tibia y esperanzadora. Abrimos nuestras cortinas para recibir un poco de Sol y calor cósmico que acompaña nuestras primeras horas del día.

La recomendación musical es:

The only one - Stranger


Instantes de iluminación, Epifanía de esquina

La mayor del parte del tiempo, nos encontramos caminando pasos muy similares unos a otros y el entorno muestra una regularidad en muchas ocasiones tediosa y aburrida. Es exagerar admitir que la vida carece absolutamente de emociones pero también es cierto que la vida cotidiana puede tornarse rutinaria y aburrida.

Hasta las personas más optimistas debemos admitir que la vida es un extraño proceso que nos gustaría poder adelantar y retrasar a nuestro antojo, y a pesar de los momentos de dolor y de tedio, son pocos los que desean que el tiempo que tienen se les acabe.







En una mirada profunda a nosotros mismos podemos encontrar una infinidad de contradicciones y sentimientos ardientes. La recapitulación de los elementos que construyen nuestros seres emocionales e intelectuales, puede llevarnos a la locura o la salvación. La introspección es un fenómeno ontológico que podría equipararse al fenómeno físico de nadar. Mientras estás flotando en el agua puedes sostener un poco el aliento y sumergirte en una estabilidad acuosa parecida a la gravedad cero. Los ojos se llenan de imágenes azules y brillantes. Sonidos llenos de agua y vibraciones diminutas. Una extraña sensación de hidratación del cuerpo de afuera hacia adentro, es una conexión con una masa acuosa infinitamente mayor a la masa acuosa que somos nosotros.



Sin embargo, tan pronto uno pierda la calma o el cuerpo se presuma cansado, la actividad se volverá algo parecido a una pesadilla. La sensación de muerte que provoca la perdida del control tan lejos de tierra firme provoca desesperación. Un efecto físico de dicha desesperación o miedo, puede inmediatamente provocar que la garganta se cierre como un recurso de protección frente a tragar demasiada agua y al mismo tiempo este esfuerzo de preservar la vida se vuelve un ciego asesino que asfixia al cuerpo no permitiendo tampoco la entrada de aire. Tragar agua, por el otro lado infesta los pulmones con agua salina, generalmente y provoca un adormecimiento del cuerpo por la falta de oxigeno y lentamente el cuerpo queda a merced de la inmensidad del profundo mar.


No es en vano pues, que las personas se rehusen inconscientemente a pensar por miedo a morir ahogados en el mar de sí mismos.

 Al fin y al cabo eso no es tan relevante como el hecho de que todas las personas merecen vivir su experiencia de vida lo más en paz posible.

Sugerencia musical:

Lover lay down by Dave Mathews Band

Un México de revolucionarios

No todo es apatía. No todos está perdido. Existe dentro de este entramado sistémico un grupo de inconformes que buscan un equilibrio que aún no existe.


¿Qué es lo que lo hace feliz a uno?



Un grupo de amigos conversaba sobre el mayor bien que un ser humano puede obtener y todos buscan, incluso al hacer el mal: la felicidad. ¿Quién es una persona feliz? ¿qué es lo que hace feliz a uno? Como no se trataba de un grupo de personas que considera que la felicidad reside en la fama, el poder o el dinero -pues citamos a conocidos nuestros que a pesar de tener esos bienes reflejan una profunda infelicidad-, decidimos recurrir a los filósofos, como guías sabios de la razón.

En la Apología, de Platón, Sócrates interpela a un amigo querido: “¿No te avergüenzas de preocuparte por las riquezas, para ganar lo más posible, y por la fama y las honras públicas, en vez de preocuparte por la sabiduría, la verdad y tu alma, de modo que te sientas cada vez más feliz?” Si para Epicuro la felicidad consiste en la ausencia de dolor y de sufrimiento, para Descartes sería el “perfecto contentamiento de espíritu y la profunda satisfacción interior (…), tener el espíritu perfectamente contento y satisfecho”. ¿Será que la ausencia de dolor y sufrimiento es suficiente para que una persona sea feliz? Descartes viene al rescate de Epicuro al constatar la “profunda satisfacción interior”.

Leibniz dirá que “es el placer que el alma siente cuando considera que tiene garantizada la posesión de un bien presente o futuro”. Y Kant, la “satisfacción de todas nuestras inclinaciones”, para, a continuación, enfatizar: “Es el contentamiento del estado en que nos encontramos, acompañado de la certeza de que es duradero”. Sartre dirá que la felicidad es como “una conducta mágica que tiende a realizar, por encantamiento, la posesión del objeto deseado como totalidad instantánea”. Como se ve -señaló uno de los amigos- hay quien considera la felicidad un estado de espíritu, una derivación de la subjetividad, y quien la atribuye a la posesión de algo (poder, riqueza, salud, bienestar…). Estuvimos de acuerdo en que, en la sociedad neoliberal en que vivimos, el ideal de felicidad está centrado en el consumismo y en el hedonismo.

Lo que no significa que, de hecho, ella sea el resultado, como sugiere la publicidad, de la posesión de bienes materiales o de la suma de placeres. Recordamos una lista de celebridades que, a pesar de tener fortuna y éxito, llevaron una atribulada vida de infortunios. Muchos tuvieron una muerte precoz por exceso de medicamentos para tapar los agujeros del alma… Uno de los contertulios observó que el Cristianismo, ante el sufrimiento humano, fue sabio al trasladar la felicidad completa de la Tierra al Cielo, aunque admitiendo que aquí en esta vida se pueden tener momentos de felicidad. A lo cual respondió otro que el Cielo cristiano es sólo una metáfora de la plenitud amorosa. Y que Dios es amor y no hay nada mejor que amar y sentirse amado. De la felicidad la conversación derivó hacia el amor. ¿Qué es el amor? Decidimos dejar de lado a los filósofos y dialogar a partir de nuestras propias experiencias. Uno de los amigos dijo sentirse feliz por tener un matrimonio estable y dos hijos que sólo le daban alegrías.

Otro, en sentido contrario, lamentó no haber encontrado la felicidad en ninguno de sus tres matrimonios. Entonces el mayor del grupo, y no menos sabio, ponderó que una de las grandes inquietudes del mundo de hoy es que los extraordinarios avances tecnocientíficos promueven una acentuada atomización de los individuos, obligándolos a perder sus vínculos de solidaridades (afectivas, religiosas, etc.). Esos vínculos son sustituidos por otros, burocráticos, administrativos y, sobre todo, anónimos (redes sociales), distantes de las antiguas relaciones afectivas entre dos personas unidas una a la otra bajo el signo de la igualdad y de la fraternidad, con los mismos derechos y deberes, independientemente de las desigualdades exteriores.

Lo que hace a una persona feliz -dijo- no es la posesión de un bien o una vida confortable. Es sobre todo el proyecto de vida que ella asume. Todo proyecto -conyugal, profesional, artístico, científico, político, religioso- supone una trayectoria llena de dificultades y desafíos. Pero es apasionante. Y es la pasión o, si quieren, el amor, lo que llena de sentido nuestra subjetividad. Y todo proyecto supone vínculos comunitarios. Si el sueño es personal, el proyecto es colectivo. Le dimos la razón. Vivir por un proyecto, una causa, una misión, un ideal o incluso una utopía, es lo que imprime sentido a la vida. Y una vida plena de sentido es, aunque esté afectada por dolores y sufrimientos, lo que nos causa felicidad.

Escrito por: Frei Betto Fraile dominico brasileño Aportado por Miguel Angel Ferreira Mirasson

sábado, 18 de agosto de 2012

Revisar pronto:

La información es la clave de la realización. Sólo por medio de la información, la formulación, la creación y el sentimiento. Por lo tanto lo único que es indispensable es la posibilidad de conocer.

jueves, 16 de agosto de 2012

El precio de denunciar en México

Es jueves 5 de julio y son las 8 de la mañana. Mis hijos, de nueve y 11 años, saltan a mi cama y piden desayunar entre besos y apapachos. Están de vacaciones. Les he prometido que iremos a un restaurante. Nos preparamos para salir y nos encaminamos a la puerta.

De pronto, Vicky, mi asistente, aparece con el rostro pálido y me dice al oído: Hay muchos policías afue
ra, los acabo de ver por la ventana. Están entrando a la casa. Me asomo por la ventana del jardín y efectivamente hay tres policías encapuchados con armas largas. Voy al pasillo y veo a otros tantos y más gente en la puerta de la cochera. Están subiéndose y han entrado también a la terraza.



Empiezan a golpear con fuerza la puerta principal. ¿Quién es?, les digo. ¿Qué quieren? Me contesta una mujer: Abra la puerta. Somos del juzgado 15 oral familiar. Traemos un instructivo. Es el juzgado donde casualmente cayeron mis dos asuntos familiares por convivencia y alimentos en mi largo proceso de divorcio.
Le pido a Vicky que se lleve a los niños. Están aterrorizados. Lloran. Me meto al vestidor y le llamo a mi abogada Queeney Rose Osorio Fernández y me dice que no abra. Hablo con Consuelo Morales, directora de Ciudadanos de Derechos Humanos (Cadhac): Los policías han rodeado mi casa. ¿Qué hiciste?, me pregunta. Ayer denuncié por corrupción a la juez Luz María Guerrero Delgado de Leija ante el Consejo de la Judicatura de Nuevo León. Y me contesta: Claro. Te van a detener. ¿Pero por qué?... Yo no he hecho nada”. Ella contesta: Esta es una reacción a tu acción. No te preocupes. Mando a la abogada.



En ese momento escucho ruidos en la terraza. Han reventado los candados y están intentando romper las cerraduras de las puertas de acero. No las pueden tirar. Le llamo a mi colega, el periodista César Valdez, uno de los compañeros que un día antes me acompañaron ante el Consejo de la Judicatura para presentar la denuncia contra la juez.



En ese momento escucho que entran a la casa. Quieren romper la puerta de mi habitación a patadas: No rompan la puerta, les grito. Abro y veo a la juez Luz María Guerrero Delgado de Leija, titular del juzgado 15 oral en materia familiar. Está acompañada de policías encapuchados con armas largas con uniforme de Fuerza Civil, la policía estatal de Nuevo León. Su secretaria, Ana Cristina Sepúlveda Martínez, que en su momento me solicitó dinero para agilizar mi expediente, la acompaña. También están otros dos secretarios de su juzgado, uno de ellos lleva una cámara de video y está grabando la acción. Les grito: ¿Cómo se atreven a entrar a mi casa? ¿Con qué derecho? ¿Dónde está la orden de cateo, de detención? Usted, es una juez corrupta. Ayer la denuncié ante el Consejo de la Judicatura. Es una protectora de agresores. Reincidente. Usted ya fue denunciada ante la ONU. Ustedes dos son unas corruptas”.



La juez dice con tono de enfado: Señora, está detenida por una falta administrativa. ¿Dónde están sus hijos? Nos los vamos a llevar. Antes de que me detengan, alcanzo a decirle: Está bien, lléveme, pero a mis hijos nadie se los lleva. No los toquen.



Me sacan de mi casa policías con armas largas. De pronto veo a lo lejos a mi ex marido Carlos Castresana Fernández, fiscal del Tribunal Supremo de España y ex director de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala de la ONU, conferencista y especialista en violencia de género. Tiene una sonrisa de satisfacción. ¿Qué está haciendo aquí?, pienso. ¿Cómo es posible? Lo denuncié por violencia familiar ante la agencia de Justicia Familiar de la procuraduría y el Copavide (Centro de Orientación, Protección y Apoyo a las Víctimas del Delito). De hecho, el Ministerio Público autorizó una orden de restricción. Se supone que no debe acercarse a nosotros, es un hombre violento. Está acompañado por sus abogados del despacho de Manuel Alí Jezzini Martínez, ex director de averiguaciones previas de la Procuraduría de Justicia de Nuevo León y ahora defensor de narcos del cártel de Sinaloa, entre otros ilustres clientes.



La mujer policía que me conduce a la calle me hace daño en el brazo. Al salir, veo que va llegando María del Mar Álvarez, amiga y abogada de derechos humanos de Cadhac. Ella fue secuestrada por la misma juez cuando era directora de Alternativas Pacíficas.

Veo que hay ocho o 10 vehículos, incluidas patrullas de San Pedro Garza García. Me suben a una camioneta de Fuerza Civil. Hay dos policías encapuchados custodiándome en la caja de la pick up. Y dos más dentro. Me dicen que me van a llevar a la cárcel de San Pedro Garza García porque allí me corresponde. Le hablo a Alicia Leal, presidente de Alternativas Pacíficas: Alicia, me llevan arrestada. Es la misma juez. Ella me tranquiliza: Es una venganza. Ahorita me muevo con los abogados. Le llamo a mi querida Carmen Lira, directora de La Jornada: “¿Qué pasó, mi hijita? Escucho su voz amorosa como siempre. Me quiebro. Lloro por primera vez. Le digo: “Carmen, me han detenido. Me tienen en una patrulla de Fuerza Civil. Hay un fuerte operativo en mi casa. Ayer denuncié a la juez… mis hijos, Carmen, mis hijos...” Me alcanza a decir que no me preocupe, cuando me quitan el teléfono: Está usted incomunicada.

De pronto, un policía dice: Vámonos. Hay que llevar el paquete. Dice una clave con un número que no entiendo. Hablan en lenguaje cifrado. Me sacan del municipio de San Pedro Garza García. No me llevan a donde dijeron. Me alarmo. Pregunto y no me contestan. Volteo para atrás y veo que César Valdez nos sigue. Detienen la camioneta y otro vehículo del operativo se detiene. Otro hombre al que le dicen comandante pregunta: ¿De quién chingados es esa camioneta blanca que nos sigue?... Es mi amigo, le digo. “Pues a chingar a su madre. Que se vaya o lo detenemos por halconeo.” Aceleran. Nos perdemos. Me pasean. Así duramos un rato. Estoy en San Nicolás de los Garza. Conozco todas las prisiones de Nuevo León. Las he visitado para hacer reportajes, entrevistas… No identifico el camino. Finalmente veo que es la cárcel de El Alamey.

El hombre de la recepción no me quiere recibir: No la puedo ingresar porque el oficio no dice que tenga que estar detenida. El comandante de Fuerza Civil llama a la juez aparentemente a un celular. Han estado todo el tiempo en comunicación. Le dicta lo que debe decir y se van por el documento corregido. Me ingresan a la cárcel una hora después. Las celdas están medio llenas. Pregunto qué tipo de detenidos tienen: “robo, violencia, violación…” La custodio me revisa, el médico me examina. Un funcionario de la prisión me dice: Su detención está hecha con maña. Cualquier falta administrativa tiene fianza de 2 mil pesos. La juez quiere que esté arrestada 36 horas. Veo a mi amiga Ximena Peredo y a María del Mar. Me dicen que los niños están bien: Se los iban a llevar al DIF capullos, pero le argumenté cuestiones legales y no lo permitimos. Respiro profundo. Lloro. Las abrazo. Me cuentan que mi caso está en los medios, que hay mucha confusión.

Cuatro visitadores de la Comisión Estatal de Derechos Humanos aparecen por la puerta. Preocupada por mi situación la presidenta Minerva Martínez los envió. Me preguntan si quiero interponer una denuncia. Les digo que sí. El médico toma fotos de un moretón. El siquiatra me aplica el test del Protocolo de Estambul y determina: Tiene usted un severo estrés postraumático. Le contesto: Eso ya lo sé. Dígame cómo me lo curo. Nos reímos.
El director de la prisión, Pedro Ibarra, se porta muy amable. Me deja en una diminuta celda donde hay un viejo lavabo descompuesto y un inodoro pestilente, con una cama de piedra. En el piso hay un hoyo por donde entran y salen cucarachas. Las horas que pasé en esa celda las dejo para otro relato.

Por la cárcel aparecieron muchos amigos y familiares. Aquello era una romería y me decían que había muchos colegas y amigos fuera que no les permitían entrar, que mis queridos compañeros de La Jornada estaban apoyándome, que mi querida amiga Lydia Cacho estaba removiendo Roma con Santiago para ayudarme, que Carmen Aristegui había llamado, al igual que mis compañeros de SinEmbargo.mx. Mis amigos Pedro Cámara, Joaquín Hurtado y su esposa, Rosa, Abel Quiroga, Denisse Alamillo e Indira Kempis y tantos otros no se separaban, junto a mis hermanos Sonia, Gloria y Alejandro… Todos estaban muy preocupados.
Un amigo que trabaja en el gobierno de Nuevo León llegó y me dijo sin ambages: Estás aquí por orden de la juez, que está apoyada por Graciela Buchanan, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León, lo cual quiere decir, que hay línea del gobernador Rodrigo Medina para que te arrestaran de esa forma y te dejen aquí las 36 horas. Te quieren dar un escarmiento.

Al final del día, llegaron la presidenta de la CEDH, Minerva Martínez, y su segundo visitador, el abogado de derechos humanos y amigo Sergio Méndez Silva. Me tranquilizaron y me comentaron que habían abierto un expediente de queja por mi detención, que incluye entre violaciones a los derechos humanos, el ataque a la libertad de expresión con motivo de mi trabajo periodístico, uso excesivo de la fuerza pública, detención ilegal y arbitraria y ejercicio indebido de la función pública, entre otros delitos.

Viví una noche espantosa, rica en términos narrativos, pero dura desde el punto de vista humano. A las 4:30 de la mañana es el pase de lista. Me llevan al comedor. Hay 12 celdas con 70 o 100 detenidos. Luego me permitieron contestar una llamada. Era mi amiga Cristina Sada. Me solté llorando: “Te vamos a sacar, hermana. No debiste haber pasado la noche allí. Esto tiene línea del gobierno del PRI y es por tu trabajo periodístico. He contratado al mejor despacho de abogados (Betancourt y Asociados). Me han prometido que te sacarán inmediatamente. Te quiero, te amamos… Eres una luchadora. Aguanta”. Seis horas después Julio César Franco Ávalos, juez tercero de distrito en materias civil y de trabajo en el Estado, me concedió la suspensión inmediata al arresto.

Salgo a la calle, veo a mi familia, amigos, colegas, abogados… Los abrazo aliviada y agradecida. Y pienso en los miles de mexicanos que, como yo, sufren todos los días la vulneración de sus derechos, víctimas de nuestro sistema judicial corrupto.

Sanjuana Martínez
Periodista
www.websanjuanamartinez.com


Anarquía y Longevidad

Recupero este artículo que me encontré en una publicación del MUCA para una exposición sobre Anarquismo en la colonia Roma, Ciudad de México. Recuperando el propio espíritu de Ricardo Mestre he aquí mi esfuerzo por seguir sembrando ideas.

El texto es de Jorge Rodriguez y dice lo siguiente:

Para México, 1988 ha sido un año caliente en lo político. Los gobernantes no duermen tranquilos; las camisas pardas de la CTM agreden a las costureras, las camisas rojas del CBU arrebatan pírricamente el micrófono al Rector de la Universidad Nacional. Una vez más, la mesa está puesta para alertar a la población contra el caos y la anarquía. Sembrando miedo para cosechar nuevas generaciones de ciudadanos pasivos.

Es obligado contra-informar: la anarquía es un arte, un bello elefante rosa; consecuentemente, el anarquista es un artista, hábil en donar su impaciencia, aniquilar sus temores y someter su ambición de poder. Esto refleja en su buen humor Ricardo Mestre, alias José Riera. Catalán radicado en México desde 1939, quien el 15 de abril pasado cumplió sus primeros 82 años de vida y, con emoción de adolescente, accedió a ser entrevistado por Vía libre.

Un prejuicio extendido, es el considerar al anarquista como una persona frustrada, agobiada por el resentimiento, ¿Crees que esta apreciación tiene validez? le pregunto a Mestre.

Bueno, los interesados en desacreditar una corriente ideológica inventan veinte mil cosas. Hablando por mi experiencia, te puedo decir que a mis años, y durante toda mi vida, he sido un hombre feliz. No estoy frustrado, soy optimista, un anarquista natural. No por haber sido adiestrado doctrinalmente por los teóricos anarquistas, sino porque conviví con ellos desde que era un niño.

Primeramente, fui tolstoiano sin conocer a Tolstoi. También influyó en mi un bohemio catalán llamado Pompeo Gener, que nunca fue anarquista, sólo un rebelde y ya. Él escribió un libro en Francia que se titula La muerte y el Diablo. De este libro yo acepté un pasaje que ha sido la inspiración de mi anarquismo y cuya idea te sintetizo en seguida: La vida tiene un límite, es decir, nacimiento y muerte es un espacio de tiempo que tenemos para vivir. Lo podemos llenar de emociones y sensaciones agradables o de porquería, pero es muy corto. Que se dé cuenta la gente que el tiempo de vida es muy corto y hay que aprovecharlo. La única manera de aprovechar es no siendo autoritario, ni haciendo pendejadas, comportándose honestamente, criticando las injusticias de una sociedad mal organizada como la que vivimos. Sintiendo placer en esta forma de conducir la vida. Estamos en un camino de defectos, pero también de deseos de perfección. Hay una cantidad de cosas que ahora funcionan, que son fruto de generaciones anteriores a las que no podemos agradecérselos, como el hecho de que me pueda entrevistar sin temor, a pesar de que la democracia de aquí es muy podrida. Empero, podemos hacer algo por las generaciones futuras en este espacio y tiempo, para vivir con emociones elevadas y no hacer más porquerías. Esta es mi posición anarquista fundamental.

Por lo que expones ¿Se puede afirmar que la anarquía no está en contra del mundo?

En primer lugar, que la anarquía no está definida. No quiere estar contra el mundo, ni contra nadie. Se exprese desde el punto de vista etimológico, la anarquía es simplemente no gobierno. Por lo tanto, no puede ser ni imposición, ni promesa. Según Eliseo Reclus, la anarquía es la máxima expresión del orden basado en cosas naturales, sin coacciones ni violencias.

Es cierto que hubo algunos elementos exaltados que se decían anarquistas y se empeñaron en vincular al anarquismo con las bombas y la violencia, pero el anarquismo es lo contrario, precisamente. Ni las bombas, ni los sables, ni las metralletas a hacer algún bien a la humanidad.

En medio de la entrevista disparo un clic de la cámara, lo que no deja de poner nervioso a Mestre. Le pido que siga hablando mientras tomo fotografías. Su despacho de calle Morelos atestado de libros, papeles y polvo acoge su voz animosa. Ricardo habla de la izquierda mexicana, de las dictaduras en América Latina y el Caribe, de pintores como Gironella y Vlady, también de su amistad con Octavio Paz y Gabriel Zaid. Pero el centro de la entrevista es él.

Finalmente, quisiera que nos dijeras a qué se dedica un anarquista.

Coño, pues he sido desde albañil, tejedor, chófer, pasando por el oficio de crítico y abarrotero del arte, hasta librero y editor. ¡Uf! He hecho una cantidad de cosas.

Ya viviendo en México me aconteció corregir el libro de Trotsky Su Moral y La Nuestra en su primer edición castellana sin tener yo muchos conocimientos gramaticales. Dentro de mi labor editorial fundé ediciones Minerva, que puso en circulación más de doscientos títulos de diversos autores. He impulsado las revistas Estudios Sociales, Caos y actualmente el colectivo Testimonios. Tenemos en marcha una nueva edición de Artistas y Rebeldes, así como de Nacionalismo y Cultura. de Rudolf Rocker. En fin, te podría decir que como anarquista la actividad a que más me he dedicado ha sido la de sembrar ideas.



jueves, 9 de agosto de 2012

Sobre el cine y el mensaje implicito en las producciones

Conforme el tiempo sucede y mi gusto por el cine aumenta, aumenta a la par la duda sobre el valor de los mensajes implícitos dentro de las producciones modernas. Por un lado: sí, ¿Tiene sentido esperar que exista un mensaje moralizante dentro de las películas? ¿Es justificado el deseo de esperar dicho mensaje? ¿Es realmente necesario que estas películas tengan un mensaje moralizante?

Con respecto a la primera pregunta, y en término prácticos, la respuesta es: no, no lo tiene. Es claro que no hay un interés dentro del ambiente cinematográfico por plasmar profundidad en sus discursos, se concentra y se incentiva el uso de elementos recurrentes que está probado funcionan y que se replican incesantemente hasta que la gente deja de responder ante dichos estímulos. Esto provoca que no exista una real novedad, una innovación profunda tanto en los formatos como en las historias, por lo que se abre incidentalmente la puerta, a propuestas independientes y alternativas. Y no solamente en cuanto a formato y producción se refiere. Sino también a la forma como se proyectan y exponen los filmes mismos. Ya no es necesario esperar a una gran productora y a una gran distribuidora, al contrario, hoy resulta mucho mejor localizado y mucho más impactante utilizar una variedad de opciones para la difusión y distribución de contenidos cinematográficos.

En referencia a la segunda pregunta creo que es perfectamente justificado desear un mensaje moralizante dentro de los contenidos cinematográficos. Es tal, la necesidad de hacer consciencia social en general, de manera preponderante en los países en vías de desarrollo, que el cine debe ser un frente suficientemente potente como para modificar, ampliar y cultivar la percepción de las sociedades modernas. La realidad es que ya lo son. Las películas modernas son portadoras del virus que corroe las entrañas de nuestra sociedad.

Aunque la gente pretende disociar el mensaje o hilo conductor de las películas que ven en las salas de cine, de los efectos especiales, los actores, la fotografía, la música, etc. resulta imposible no consumir el producto de manera integral. Son los motivos que conducen las acciones los que en general conllevan el refuerzo de conductas a todas luces inmorales, egoístas y prepotentes. Reafirman prejuicios y universalizan problemáticas que en realidad no son representativas de la mayoría y sin embargo con el paso del tiempo parecen ser parte de la cotidianeidad de toda una sociedad.

Por tanto y con respecto a la última pregunta que planteo: Es cuestión de tiempo para que las personas cobren el sentido común necesario y sean capaces de ver la propaganda a la que han sido sometidos, y además teniendo que pagar por dichas entradas, y bastará con una nueva propuesta cinematográfica, un modelo de negocio, de operación, de producción y de distribución distinto. Un modelo de creación y difusión de contenidos que vuelvan insostenible el modelo actual y que lleven las ideas, los momentos y las historias a las personas y las comunidades. Bastará demostrar que el contenido que tenemos hoy en día, aún con toda la inversión que implican, son indeseables, pretensiosos y tontos. Tal vez algún día la gente ya no se sienta cómoda siendo tratada como estúpidos. En eso recae toda mi esperanza en la humanidad y en el futuro de la cinematografía.


Serie de fotos forever y esquinas cool

Hola a todos, aprovechando la libertad editorial que me otorga tener mi propio medio de comunicación, me gustaría compartir con ustedes la siguientes imágenes, reflejo de lo que mi alma experimenta cuando se enfrenta a la afrenta de existir constantemente y sin pausas:













































































Agradezco especialmente a las personas que se cruzaron en mi camino en el transcurso de estas fotos, a la colonia Roma, Condesa, Del Valle y Juarez por estar ahí siempre y a mis amigos:

David, David, David, Monicka, Steph, Sofía, Dyanna, Rodrigo, Rafa, Ulises, Alejandro, Eduardo, a mi hermana Zareth y a Clau.


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