Es un extraño conjunto de sucesos que se parecen tanto a una realidad que siempre soñé que me confunden. Pero es real, todo real, tan real, que la responsabilidad se convierte en un factor decisivo entre ser una buena persona y ser un hoyo en el suelo que se dedica a contaminar y destruir el resto de su entorno.
La individualidad pero sobre todo el egoísmo, nos hace cancerígenos ante nuestros hermanos energéticos.
Ah, en fín.
La vida se bebe o se debe beber muy lentamente. Es mejor si se sirve espesa y se intensifica el sabor. Las glorias efímeras y las ilusiones vanas son tal como las imaginamos y no más que eso, por decepcionante que eso sea.
Sin embargo las personas también entienden lo anterior de forma completamente subjetiva (su opinión más fastuosa de espiritualidad y realización) es por eso que se vuelve interminable tratar de definir las sensaciones propias de las ideas particulares de millones de personas diferentes. A veces conviene simplemente guardar silencio entre la multitud.
Es complejo y es sencillo al mismo tiempo. La cantidad de distintas facetas que se pueden llegar a suscribir en una vida cotidiana, son interminables, increíbles y aburridas, tediosas y llenas de morbo también. Es muy curioso como guardamos profundas similitudes unos con otros pero aún así conservamos profundas diferencias, lo que provoca genuinos antagonismos entre personas y sobre todo personalidades. Sin embargo en ningún caso lo anterior justifica el abuso, el sometimiento ni la violencia, todos los seres humanos deben ser libres de autodeterminarse.
Es buen momento de detenerse a pensar.
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