O sucede todo, o tal vez ya sucedió lo que se deseaba que sucedería y ya no fuera necesario que nada mas sucediese.
Lo cierto es que cuando uno no hace suficiente por alborotar la marea, esta se mantiene suave y apacible. Es cuando nos lanzamos desde un helicóptero a 100 metros del agua cuando en realidad alborotamos las mareas. Eso si fuéramos un meteorito. La realidad es que todo pasa sólo en nuestra cabeza.
La intensidad con la que vivas tu vida marcará el punto más alto y el más bajo que alcanzarás en tu vida. Si pasa mucho tiempo ya no te dará tiempo de hacer que algo grande pase.
Lo difícil es pensar, lo peligroso es no hacerlo por miedo. |
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