jueves, 5 de mayo de 2011

Do not read this

Es en ocasiones el innecesario exceso de lucidez el que no permite concentrarse tanto como en ocasiones no permite relajarse y lo más importante: Dejar de pensar.

Sin que bien esta breve aportación tenga un contenido puro o propio, por llamarlo de cierta forma, imagínenlo a forma de red elástica que busca contener de manera vaga y sin cuidado para sacar de mi toda esta palabrería sin sentido que de no vertir aquí me vería obligado a decir, pero no sólo eso, sino que probablemente alguien sufriría dicha intervención y su mirada se perdería en el horizonte, haciendo un esfuerzo por escuchar otra cosa si es que mi alto tono de voz y mis ademanes se lo permiten.

(Fondo musical: One - Swedish House Mafia) Dado todo lo anterior, por fin he encontrado un título para darle salida coherente a esta entrada de blog:

4 maneras sencillas de apagar el cerebro


Música estridente. La música a volúmenes altos, y con la suficiente velocidad, provoca un efecto similar a la caída libre, y mientras uno se arrulla de manera violenta como caer en un suave remolino, que favorece a sentir, no permite la plena concentración... pero no importa! se siente bien.

Sustancias. El alimento, el agua, las frutas, los jugos, el café, el picante, el chocolate, el té, la marihuana y prácticamente cualquier sustancia que ingieras tiene un efecto en tu cuerpo, dependiendo la dosis y las condiciones en las que te encuentres, favorecerán a darle a tu cuerpo un flujo de vitaminas, acidos, tal vez tóxicos pero que definitivamente activarán cosas dentro de tu cuerpo y te arrastrarán a experimentar sensaciones distintas, de nuevo, pensar menos.

Descanso. Nada como dormir más de 10 horas, reposar en la cama comiendo helado, beber unas cervezas y comer pizza mientras dejas que tu cuerpo repose con suavidad en una superficie suave. Gracias al descanso de nuevo nos dan ganas de hacer cosas, y generalmente todo se ve mejor desde la cama.

Ejercicio. Correr, nadar, bucear, boxear, pelear, caminar, tener muchísimo sexo, y en general, la actividad física permite a las personas liberar otro tipo de sustancias y le da una nueva perspectiva a todo, además de ser excelente para el cuerpo en general, la mente agradece el ejercicio.



2 maneras no tan sencillas de relajar la mente


Leer. Si bien leer, no apaga el cerebro, leer un libro lo suficientemente demandante, por su prosa, por su estética o por su contenido, permiten encarrilar todos los sentidos a la adquisición de dicho mensaje y no permite seguir pensando toda la cantidad de estupideces que te agobiaban por su mala organización y voracidad de atropellarse unas a otras.

Meditar. En mi experiencia, es una experiencia cósmica, lo más alucinante y profundo que he hecho, sin embargo no es sencillo, requiere disciplina, constancia, un alma pura y un cuerpo inmaculado. Elementos, que a decisión personal, no poseo. (Fondo musical: Ojala que llueva café - Café Tacvba)

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