jueves, 16 de agosto de 2012

Anarquía y Longevidad

Recupero este artículo que me encontré en una publicación del MUCA para una exposición sobre Anarquismo en la colonia Roma, Ciudad de México. Recuperando el propio espíritu de Ricardo Mestre he aquí mi esfuerzo por seguir sembrando ideas.

El texto es de Jorge Rodriguez y dice lo siguiente:

Para México, 1988 ha sido un año caliente en lo político. Los gobernantes no duermen tranquilos; las camisas pardas de la CTM agreden a las costureras, las camisas rojas del CBU arrebatan pírricamente el micrófono al Rector de la Universidad Nacional. Una vez más, la mesa está puesta para alertar a la población contra el caos y la anarquía. Sembrando miedo para cosechar nuevas generaciones de ciudadanos pasivos.

Es obligado contra-informar: la anarquía es un arte, un bello elefante rosa; consecuentemente, el anarquista es un artista, hábil en donar su impaciencia, aniquilar sus temores y someter su ambición de poder. Esto refleja en su buen humor Ricardo Mestre, alias José Riera. Catalán radicado en México desde 1939, quien el 15 de abril pasado cumplió sus primeros 82 años de vida y, con emoción de adolescente, accedió a ser entrevistado por Vía libre.

Un prejuicio extendido, es el considerar al anarquista como una persona frustrada, agobiada por el resentimiento, ¿Crees que esta apreciación tiene validez? le pregunto a Mestre.

Bueno, los interesados en desacreditar una corriente ideológica inventan veinte mil cosas. Hablando por mi experiencia, te puedo decir que a mis años, y durante toda mi vida, he sido un hombre feliz. No estoy frustrado, soy optimista, un anarquista natural. No por haber sido adiestrado doctrinalmente por los teóricos anarquistas, sino porque conviví con ellos desde que era un niño.

Primeramente, fui tolstoiano sin conocer a Tolstoi. También influyó en mi un bohemio catalán llamado Pompeo Gener, que nunca fue anarquista, sólo un rebelde y ya. Él escribió un libro en Francia que se titula La muerte y el Diablo. De este libro yo acepté un pasaje que ha sido la inspiración de mi anarquismo y cuya idea te sintetizo en seguida: La vida tiene un límite, es decir, nacimiento y muerte es un espacio de tiempo que tenemos para vivir. Lo podemos llenar de emociones y sensaciones agradables o de porquería, pero es muy corto. Que se dé cuenta la gente que el tiempo de vida es muy corto y hay que aprovecharlo. La única manera de aprovechar es no siendo autoritario, ni haciendo pendejadas, comportándose honestamente, criticando las injusticias de una sociedad mal organizada como la que vivimos. Sintiendo placer en esta forma de conducir la vida. Estamos en un camino de defectos, pero también de deseos de perfección. Hay una cantidad de cosas que ahora funcionan, que son fruto de generaciones anteriores a las que no podemos agradecérselos, como el hecho de que me pueda entrevistar sin temor, a pesar de que la democracia de aquí es muy podrida. Empero, podemos hacer algo por las generaciones futuras en este espacio y tiempo, para vivir con emociones elevadas y no hacer más porquerías. Esta es mi posición anarquista fundamental.

Por lo que expones ¿Se puede afirmar que la anarquía no está en contra del mundo?

En primer lugar, que la anarquía no está definida. No quiere estar contra el mundo, ni contra nadie. Se exprese desde el punto de vista etimológico, la anarquía es simplemente no gobierno. Por lo tanto, no puede ser ni imposición, ni promesa. Según Eliseo Reclus, la anarquía es la máxima expresión del orden basado en cosas naturales, sin coacciones ni violencias.

Es cierto que hubo algunos elementos exaltados que se decían anarquistas y se empeñaron en vincular al anarquismo con las bombas y la violencia, pero el anarquismo es lo contrario, precisamente. Ni las bombas, ni los sables, ni las metralletas a hacer algún bien a la humanidad.

En medio de la entrevista disparo un clic de la cámara, lo que no deja de poner nervioso a Mestre. Le pido que siga hablando mientras tomo fotografías. Su despacho de calle Morelos atestado de libros, papeles y polvo acoge su voz animosa. Ricardo habla de la izquierda mexicana, de las dictaduras en América Latina y el Caribe, de pintores como Gironella y Vlady, también de su amistad con Octavio Paz y Gabriel Zaid. Pero el centro de la entrevista es él.

Finalmente, quisiera que nos dijeras a qué se dedica un anarquista.

Coño, pues he sido desde albañil, tejedor, chófer, pasando por el oficio de crítico y abarrotero del arte, hasta librero y editor. ¡Uf! He hecho una cantidad de cosas.

Ya viviendo en México me aconteció corregir el libro de Trotsky Su Moral y La Nuestra en su primer edición castellana sin tener yo muchos conocimientos gramaticales. Dentro de mi labor editorial fundé ediciones Minerva, que puso en circulación más de doscientos títulos de diversos autores. He impulsado las revistas Estudios Sociales, Caos y actualmente el colectivo Testimonios. Tenemos en marcha una nueva edición de Artistas y Rebeldes, así como de Nacionalismo y Cultura. de Rudolf Rocker. En fin, te podría decir que como anarquista la actividad a que más me he dedicado ha sido la de sembrar ideas.



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