Agregó que la actuación más pronta y expedita de justicia para atender esta problemática, también es clave para liberar a unas cuatro millones de personas afectadas.
En el marco del Segundo Seminario Internacional: La violencia contra la mujer en la agenda educativa, dijo que es un problema creciente en América Latina, como el caso mexicano, segundo "proveedor de mujeres y menores para la trata" en Estados Unidos, sólo después de Tailandia.
La promesa de un trabajo, el enamoramiento y en casos extremos el secuestro, para fines sexuales, laborales o de donación de órganos, ubican a este delito en el tercero por su importancia económica, solo detrás de la venta de armas y el narcotráfico.
"La trata no podría existir sin sectores de la policía y de las autoridades administrativas que trabajan en complicidad, por ello inclusive se ubican en sitios cercanos a estaciones policiales",
advirtió ante cientos de maestros de todo el país.
Destacó que la crueldad de esta ilícita actividad inicia con el desarraigo a la familia y continúa con amenazas, agresión, violación sistemática, golpes y torturas de varios días.
"En muchas naciones, abundó, el consumo de drogas es inclusive penado con la muerte, pero en el caso de la trata y la prostitución, a los clientes, al dueño del prostíbulo y al tratante no les pasa nada, por el contrario la ley se ensaña con la mujer o los menores".
Ante lo complejo del problema, señaló que hay que trasformar esta mentalidad con los hijos y educar a alumnos para que no sean clientes.
"Entonces podríamos ir pensando en erradicar el tema de la trata, práctica que lamentablemente está naturalizada en la sociedad", comentó.
También, apuntó que tenemos que luchar por cambiar los modelos patriarcales de la educación, el lenguaje que con frecuencia recurre al uso de los sustantivos masculinos, a la discriminación y asociar lo masculino a la agresividad.
"Nuestra tarea es enorme, pues tenemos que pelear con medios de comunicación que nos presentan modelos no edificantes o con padres que cuestionan el proceso educativo", señaló.
Puntualizó que "debemos asumir el reto no en lo individual, sino como instituciones, si no aceptamos este reto, no tiene razón de ser que estemos en las aulas".
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