domingo, 7 de junio de 2009

Noche en el juzgado civico 45 (2da parte)

2:00 AM
El aire esta caliente, mi garganta también, todavia parece que esta situación es algo cómica. Es más bien el desconcierto de entender como sucedio esto, como caminamos gozosos y nos metimos en la boca de lobo.

El ambiente se torna más serio. De repente hay que empezar a repartir explicaciones todas más o menos similares, un poco tenues y con sabor a tensa calma. Se hacen los arreglos, algunos estamos afuera, sólo uno está adentro pero la tensión es muy similar para los 4.

Gente entra y sale, todos miran a todos lados, algunos todavía sonrien con la mirada, indudablemente algunos se sienten importantes, son la novedad, son los rebeldes dentro de la burbuja, ya se están imaginando las anecdotas que estarán contando al día siguiente, otros se miran taciturnos y otros con miedo. Son las miradas de afuera las que traen a los pobres asustados apices de calma.

La situación se torna graciosa, los humos del alcohol no permiten ver con claridad a través de la ratonera en la que estamos atrapados. Nos sentimos seguros envueltos en una ola de gente que se encuentra bajo nuestras mismas circunstancias. Reímos, los policias nos miran y algunos se ríen, unos con nosotros y otros de nosotros, pero no porque les parezca gracioso sino porque somos la razón por la que a ellos no les incomoda trabajar horas extras.

4:00
Ya no podemos cruzar miradas empáticas, un poco de comida en el estomago y un "buena suerte" es todo lo que le permiten llevar una vez que se despojó de su cinturón y que nosotros sugerimos también sus prendas valiosas con excepción de su telefono celular. El aire se enfría y se vuelve brumoso, la situación es clara y tendrémos que esperar 20 horas para poderlo sacar, hasta hace unos momentos sentiamos que estabamos listos para irnos.

Una llamada desde adentro pone las cosas en claro, y da la orden explicita de resolver la situación, las cosas no son justas pero tienen que arreglarse, el procedimiento es lento y no existe nada similar al criterio. Se tiene un pequeño debate a las afueras del juzgado, el aire se pone oscuro y muy pesado, existe una gran duda de mi parte y no estoy totalmente de acuerdo en "arreglarnos" pero al final su voz desde adentro despeja las posibles dudas y hacemos lo que tenemos que hacer.

Son personajes espelusnantes. Ahí sentados tan cerca de tí que si no fuera por el escalofrío que provocan sentirias que los conoces. Sin el menor de deseo de mostrar cortesia yacen ahí, ofreciendo tarjetas a los que bajan de las camionetas azules desconcertados. Platican entre ellos y comentan en su propia lengua. Hablan de personas en forma de numeros y centavos, se ríen y juegan a adivinar que es lo que sucederá, frente a lo policias se pasean seguros con su abrugos negros y mucho gel en el cabello, han pasado ya varias horas desde que la noche llegó pero ellos siguen impecables, sólo el más desaliñado camina petulante con demasiado poder que no requiere un peine.

Me acerco, nos acercamos a ellos con desconfianza pero con la firme decisión de adelantar la sentencia por medio de un amparo mismo que cuesta 2,500 pesos la mitad ahora y la mitad cuando esté afuera. Sin un recibo ni comprobante de nada y una sencilla pero en palabras muy formales nos explican lo que pasa y lo que pasará, pedimos tiempo para pensarlo, aunque más bien es tiempo para abrir las carteras, consultarlo con el que se encuentra desde hace casi 3 horas adentro y finalmente cerrar el "tramite" con un fuerte apretón de manos y el pago de 1,300 pesos.

Más rostros de preocupación y de despreocupación se pasean frente a nosotros, el aire se ha vuelto agujas de hielo que soplan con fuerza en nuestros cuerpos. Nuestra mirada es de cierta preocupación, pero más bien de desconcierto, un gran cansancio y mucha tensión. Hacemos llamadas en busca de dinero pero sólo encontramos tibio apoyo de los pobres que hemos despertado. Uno de nosotros va por comida y ropa caliente, a su vuelta comemos y recuperamos algo del sentido del humor de hace ya varias horas, es hora de ir por el resto del dinero.

7:00 AM
Ya solo quedamos despiertos uno y medio, las comodas sillas del juzgado albergan a dos de los nuestros uno completamente dormido y al otro hondeando la cabeza hacia ambos lados. Sin embargo yo sigo ahi parado, con mucho frío en los pies y los ojos profundamente rojos y abieros, notablemente alterado, pero basicamente una furia reprimida, han sido ya muchas las horas de pie y más de 20 cigarros. No tengo hambre pero el estomago me atormenta con extraños calambres, mi celular no tiene pila hace más o menos 3 horas. La noche se hizo día sin siquiera notarlo, el frío se vuelve estable y no se calienta ni se enfría.

Espero. doy vueltas cortas y cruzo miradas con un, notablemente cansado, hombre de unos 60 años, y con una mujer de no más de 30 años, vestida de manera modesta y elegante. Cruzamos algunas palabras eventualmente. En el transcurso de este tiempo hemos oído varias historias, hemos reído de manera resignada escuchando y contando nuestra propia historia, grandes amigos y hemos repartido cigarros a los necesitados.

Sigo esperando. Estoy recarcagado en la misma barra donde nos reíamos del aplausometro y jugabamos a que no pasaba nada. Ya nadie entra ni sale, la primera acturia se ha ido y seguimos esperando, gente llega, gente se va, hablamos con nuestro "abogado" y nos explica que todo va bien. Me recargo en la barra, voy al baño, llamo a mi casa y me recargo una vez más en la barra hasta que llega el segundo actuario. Con las mismas inexistentes explicaciones que nos han dado toda la noche entra en la oficina y clamo por que uno de los 2 amparos que quedan sea el que estamos esperando.

Es tanto el tiempo y la sensación de necesidad de que suceda algo, me hace olvidar en donde estoy o que estoy esperando, mi mente recorre todas las carreteras neuronales y provoca millones de accidentes.

Los buitres se ven menos peligrosos con la luz matutina, me acerco con mucha familiaridad y converso con él con calma, por unos instantes parezco ser la persona mejor informada en la sala, mientras mis únicas herramientas de información han sido los ínfimos murmullos entre policias y doctores y personas que dificilmente hablaban el español, que no puedo agrupar en ningún oficio por su carencia de uniforme.

Durante aproximadamente 6 horas he intercambiado llamadas con una persona notablemente intranquila y he tratado de darle respuestas sobre cosas que no sé, he visto la corrupción ser el motor de la economía de personas notablemente necesitadas, he visto una mafia operar en el nombre de la salud y el orden público, he visto a la gente que no puede pagar irse a sus casa y esperar mas o menos unas 36 horas en volver a ver a sus familiares, he visto la culpa y el cinismo, he visto el rostro de un padre y una madre preocupados por su hija de veintitantos años encerrada, he visto la cara de acero de seres humanos que ven pasar a otros seres humanos como si fueran sacos de inertes de carne. Sin ningún miramiento, los doctores dictan sistemáticamente la misma sentencia a todas las personas sin importar las circunstancias de cada caso. Una red de corrupción en nombre del bien común, me parece bastante retorcido, pero completamente de acuerdo con la realidad de mi ciudad.

La lección se aprende pero queda esa sensación de que algo no está bien con el mundo, con México y su ciudad capital. Todos sabemos que la espada del poder es asesina y sanguinaria, pero es imposible no temblar cuando su hoja se acerca demasiado a nuestro cuello.

Tal vez es demasiado reflexión por 6 horas que normalmente pasamos haciendo no demasiado, pero ¿Qué más ahi detras? a veces tengo la sensación de que estamos todos en una gran fosa llena de mierda hasta nuestras barbillas y en vez de tratar de salir, sólo tratamos de no movernos demasiado para que no llegue a nuestras bocas.

8:00 AM
Firma el amparo y lo dejan salir. Pagamos el resto, y nos vamos. Es hora de dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Y... ¿Cuál es tu opinión?

Blog Advertising - Advertise on blogs with SponsoredReviews.com

Entradas similares