La pesadez, Hoy podría morir

Escribo sólo por la gula de escribir. Un poco por la atención ajena y mucho más por la atención propia, que me obliga a admirarme cada día más. Desde las sabanas de una tibia y dura cama, con los ojos diminutos entrecerrados, y los pies cansados de dar pasos motorizados, me obligo a derramarme un poco en lineas arrogantes.

Pero basicamente escribo porque estoy cansado. Porque tuve un largo día y recorrí muchas vidas, porque hoy lo tuve todo y hoy podría morir.

No hubo fuegos artificiales, y si hubo ni los ví. Hubo mucho trabajo, reconocimiento, errores, desengaños, celos, placeres, delicias a mi paladar y a mi cuerpo. Hubo llanto añejo y sorpresas nuevas, besos apasionados y otros arrepentidos.

Hubo consejos de mis padres y abrazos, largos viajes y tediosos regresos. Placeres personales y lujos compartidos. Caridad, ayuda, favores personales y ajenos. Sonreí y camine en nubes. Grite de manera viseral y también fui magnánimo, y por todo eso estoy muy cansado.

Finalmente doy asilo a mi amiga canina en el suelo de mi habitación. Hoy viví cosas únicas y también hice lo de siempre. Por eso cobijado en mis líneas escribo con la misma pesadez que placer, por eso me quejo y me quejo como todos los débiles y miedosos, pero no dejo de vivir así.

Porque soy imperfecto, y humano, demasiado humano. Porque soy grande, tan grande como mi sueño. Porque soy práctico y fácil de complacer; Como la vida que vivo, la vivo a mi vivir, al ritmo de la vida que es vida, y no sólo vivir.

Porque si todo se detiene aquí, doy gracias por poderlo escribir.