Entre el miedo, la confusion, y el estomago revuelto;siento en medio de las tripas y el pecho un profundo calor;
Pienso en ti y se acelera mi cerebro, mi sangre hierve y me golpea por dentro;
La emoción crece rapidamente y tus recuerdo se vuelven tan lucidos;
que me causan más miedo… no de verte, si no de dejar de hacerlo.
Los sueños febriles que causa la mente de un cuerpo delirante;
que hace crujir los huesos y provoca heridas internas en la piel;
Llenan de terror y vuelven pánico las certezas que por años se fueron forjando.
Desesperados intentos por salir de las venas de la locura;
Como golpear una ventana desde el interior de un barco que se hunde;
Gritos sordos a oidos ciegos que intentan seguir mirando la luz del día;
Atrapado en el sentimiento de volver a un pensamiento que nunca existió.
Cierrame los ojos a cachetadas y reeducame en el calor de tus besos;
Usa tus uñas de acero para arrancar de mi piel la maldad y la estupidez;
Fundeme en hierro liquido para que surja mi alma,
si es que soporta el calor del infierno.
Mis entrañas le gritan a mis dedos hinchados que se detengan;
Mi razón agobiada por su ineficiencia está suicidandose a cada bocanada;
Sólo quedan mis dudas que aún se atreven a preguntar si me amas,
de vez en cuando las voces me dicen que si.
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